una de las funciones a la que se le ha otorgado una capital importancia en la educación es la de la socialización, este término incluye de cierta manera, algunos de los adjetivos y funciones señalados en el párrafo anterior, ya que educar implica una formación integral en valores y de la personalidad de ciudadanos, pero cabe preguntarse para que socializarnos? es aquí donde entra en juego la finalidad o intencionalidad que subyace detrás de todo proyecto educativo de nación.
se puede por un lado socializar para reproducir una ideología que justifica racionalmente los valores y creencias aceptadas por el orden social predominante, es en este caso cuando la educación es utilizada como instrumento o medio para la domesticación de los escolares, por otro lado, se socializa para lograr un proceso emancipatorio y de liberación cuando la intención educativa se fundamenta en un análisis que intenta detectar las fuerzas sociales que althuser denomina como aparatos de estado, que limitan o entorpecen el desarrollo integral de las personas.
socialización para domesticar y emancipar es una disyuntiva a resolver que implica congruencia y más en el segundo caso, ya que es fácil hablar en favor de este tipo de educación y realizar una práctica en el aula que lleve al proceso contrario del que se predica. esto se da en relación a la educación en y para la democracia, donde una cosa es lo que en el discurso de plantea como finalidad educativa y otra es lo que la estructura educativa ejecuta en la práctica concreta de las aulas.
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